martes, 26 de noviembre de 2013

Lo que debemos "dejar ir" para ser felices

El amigo que siempre miente, la idea de que debemos darle gusto a los demás o la obsesión por el pasado... Hay situaciones y personas que no nos hacen ningún bien, y que sería mejor dejar ir de nuestras vidas para encontrar aquello que sí merecemos. 

Tu obsesión con el pasado

Alguien que se arrepiente por lo que hizo en el pasado o que se culpa por lo que sus acciones causaron, puede verse envuelto en un círculo vicioso de lágrimas, tristeza y depresión. A veces olvidamos que no podemos cambiar el pasado y que la única forma de ser libres y felices es dejar de pensar en ello, dejar el recuerdo también en el pasado. Si en verdad has dañado a alguien puedes tratar de reparar el daño, pero no te obsesiones con lo que no se puede cambiar. Muchas veces necesitamos más nuestro propio perdón. De ser así, trabaja en ello y sigue adelante.

Ese amigo que te causa problemas

La amistad es una de las relaciones que enriquecen la vida del ser humano. Algunos de nuestros amigos están ahí desde que somos pequeños y otros se han ido uniendo en el camino. En cualquier caso, si alguno de estos amigos te causa problemas, te engaña, se aprovecha de ti, te decepciona o te provoca cualquier otro tipo de situación negativa de forma constante, quizá sea hora de que los caminos se separen. Esto suele causar un gran conflicto interno porque creemos que debemos ayudar a nuestros amigos a salir adelante, pero cuando la situación te está afectando debes analizar si está bien buscar su bienestar a costa del tuyo. Recuerda que la persona más importante de tu vida eres tú mismo.

Esas personas que esperan que cambies por ellos

Puede que tengas un amigo o amiga, un padre o una madre, o una pareja que vive con la esperanza de que te conviertas en quienes ellos quieren. Probablemente deseen lo mejor para ti, pero esto puede poner en peligro tú identidad, es decir, lo que tu quieres. Pueden ponerte, a veces sin querer, en una encrucijada de sentimientos en la que se mezcle el miedo a decepcionar a otros con el temor a renunciar a tus sueños.Ten en cuenta, que terminar viviendo la vida de otro/a es una bomba que termina explotando tarde o temprano ya que la recompensa por contentar a los demás no suele compensar una posible pérdida de ti mismo/a.

A quien está contigo a la fuerza

Algunas personas se quedan en nuestra vida a la fuerza. Ya sea porque están acostumbradas a las comodidades que les damos, que teman dejarnos solos, porque no nos creen independientes o porque estemos ejerciendo algún tipo de coacción. En cualquier caso, probablemente no lograrás ser feliz teniendo a esa persona en tu vida. Cuando alguien está atado a nosotros, nos atamos a su infelicidad y de esto no puede nacer nada bueno.

Para ser felices es importante ser y dejar ser, pero también vivir en el presente valorándote.


sábado, 16 de noviembre de 2013

No sé vivir si no te tengo....


Esta es una expresión que conocemos todos, en mil versiones, en mil situaciones, porque todos hemos estado apasionadamente enamorados.
Pero cuando analizamos las situaciones sin sentimientos, no podemos menos que reprocharnos el conferir a alguien más la responsabilidad de hacernos felices, de dispensarnos su vida para darle felicidad a la nuestra; no es para nada una forma saludable de vivir y de amar. Tamaño egoísmo gastamos cuando estamos enamorados… Y hay que decirlo, también cuando no lo estamos. He reflexionado sobre ello, pensando en alguien que recientemente se ha distanciado de su gran amor. 

Las cosas parecían ir a golpe de rueda, lentas y conflictivas, y cuando la separación ha llegado, casi podía decirse que ambos podrían sentirse aliviados… Pero no, siempre surge en alguno de los dos o en los dos, el tóxico sentimiento de empeñarse en retener al otro a su lado, porque le ama. ¿no puede acostumbrarse a nadie más? Y se empeñan, empeño triste y vano, de conferirle el papel de salvador de su vida, totalidad de su existencia, cerrando las puertas a seguir adelante.

Es cierto que es doloroso perder a quien se ama porque te deje, porque la relación no funcione y tú le dejes, porque es imposible, porque ha muerto, porque ocurrió esto y aquello, pero cuando eso ocurre, es el momento en que debemos asumir que debemos seguir adelante, no podemos ni por asomo empeñarnos en un amor que no existe ya, en unos sentimientos exhaustos que no nos provocan más… Hay que respirar profundo y seguir adelante. Yo no sé vivir sino te tengo… 

Esa extraordinaria mentira e ilusionada ingenuidad… ¿acaso no vivías antes de conocerle? ¿cómo es tener a alguien? Por muy unidos que nos sintamos con alguien a quien amamos, aunque hayamos construido sueños y realidades, es alguien más. Prácticamente podemos decir que en la vida, no tenemos a nadie más que nosotros mismos. Los sentimientos mudan, la gente cambia, las lejanías llegan, un día nos marchamos o se marchan, planeamos y desbaratamos nuestros planes, retomamos el ayer y un día lo dejamos, ¡cambiamos cada día! Y cuando el cambio llega al amor… Debemos asumir que igual que comenzó puede un día cambiar… 

Y que él o ella siguen adelante o somos nosotros los que queremos seguir más allá… Elegimos alguien a quien amar a partir de que le comprendemos y nos comprende, lo aceptamos y nos acepta como somos, somos felices y es feliz, cuando éstas combinaciones no funcionan, a menos que seamos muy egoístas no podemos hacer nada más… 

Cuando elegimos a quien amar, lo elegimos para vivir con nosotros su vida, para compartir sus proyectos y vivir una vida mutua, no lo elegimos para que viva para nosotros, ni se ocupe de nuestra felicidad, sino para que comparta la nuestra y nosotros la suya… De tal manera que cuando eso ya no es posible, ya no hay marcha atrás. Claro que puedes vivir aunque no le tengas, va a ser duro y cuesta arriba, pero igual sobrevives y un día retomas con brillos el amor… Y siempre seguirás viviendo tengas o no a alguien a tu lado… -

jueves, 14 de noviembre de 2013

El viaje al inteior de ti mismo

Mario Alonso Puig es Médico Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo. Ha ejercido durante 26 años y además se ha formado en el campo de la Inteligencia Humana en la Facultad Superior de Educación de la Universidad de Harvard. El pasado viernes  8 de noviembre se subía al escenario del Teatro Circo Price para participar en el IV Congreso de Mentes Brillantes de El Ser Creativo.  
“Estoy aquí para que juntos reflexionemos sobre un mundo muy sutil”, comenzaba diciendo Mario.
En este sentido, puso dos metáforas que pueden ayudarnos a ser más felices.  
"No corras, ve despacio, que adonde tienes que ir es a ti solo"
Las personas tenemos tres capas que debemos explorar si queremos alcanzar la felicidad. Es importante ser conscientes de su existencia para viajar a través de ellas.
La apariencia
Ésta es la primera capa. Con ella ocultamos miedos, desconfianzas, torpezas. Pero “se cuela la sombra”, entendiendo por sombra todo aquello que el ser humano no quiere mostrar de sí mismo.
Para controlar esa sombra hay que entrar poco a poco en la meditación profunda y el silencio. Alejarnos del diálogo incesante que tenemos. Así llegaremos a la siguiente capa: el núcleo. 
El núcleo
En esta capa está la sombra: aquello que tememos que salga a la luz “porque creemos que no seremos aceptados si lo mostramos”.
La primera experiencia con la meditación profunda es contactar con esa sombra. Una vez que la controlemos, podremos llegar a lo más profundo de nuestro ser, que es la tercera capa. 
El Ser
Vivimos tan en contacto con la sombra que no nos damos cuenta de que si encendemos nuestra propia antorcha interior tenemos un tesoro de incalculable valor en nuestro ser.
El camino para llegar al ser no es corto ni rápido. Lo importante es recordar la frase de Juan Ramón Jiménez: “No corras, ve despacio, que adonde tienes que ir es a ti solo”. 
Somos parte de un mismo mar 
Tenemos que querer a las personas no por el agradecimiento, sino porque nos importante realmente. 
Las olas del mar se reconocen entre sí, saben que están hechas de la misma agua. En el ser humano, aunque debería ser así, no ocurre lo mismo, porque entra en juego el ego: la creencia en la separación. Si los seres humanos reconocieran que son una unidad podrían dejar a un lado su ego y alcanzar la felicidad de una manera plena. 
El inconveniente, según Mario, es que el ego se origina desde muy niños: “al sentirnos aislados o indefensos, guardamos el recuerdo de ese sentimiento en nuestro cerebro. Concretamente en los núcleos amigdalinos. Cualquier experiencia que vivamos de adultos que incremente esas sensaciones avivará el recuerdo y disparará un mecanismo de autodefensa que no podremos controlar.  
Así saltan las alarmas y sale la bestia que habita en nosotros. Incluso aparece la violencia. Y lo peor de todo es que cuando se activan estos mecanismos en el cerebro, se desconectan los de la inteligencia. Es decir, nos volvemos un poco más tontos.

Superar esto no es fácil.
En este sentido, Mario Alonso Puig sugiere seguir siete pasos budistas para encaminar nuestra vida hacia el respeto a los demás. 
Wayne Dyer los explica muy bien en El poder de la intención:
1. NO TE SIENTAS OFENDIDO
Lo que te ofende sólo contribuye a debilitarte.
Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontrarás cada dos por tres.
Sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la guerra. 
2. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE GANAR
Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien más rápido, más joven, más fuerte, más listo y con más suerte que tú. Tú no eres tus victorias. 
3. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER RAZÓN
Olvidarse de esto es como decirle a tu ego: "No soy tu esclavo".
Pregúntate: "¿Quiero ser feliz o tener la razón?". 
4. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE SER SUPERIOR
La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento. 
5. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER MÁS
Por mucho que logres y adquieras, tu ego insistirá en que no es suficiente.
Como dijo San Francisco de Asís: "...es en dar cuando recibimos". 
6. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE IDENTIFICARTE CON TUS LOGROS
Cuando te apegas a esos logros y crees que lo estás consiguiendo tú solo, es cuando abandonas la paz. 
7. LIBÉRATE DE TU FAMA
La fama que tienes no está localizada en ti, sino en la mente de los demás, por consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella.
Si te preocupas demasiado por cómo te van a percibir las personas te habrás desconectado de la verdadera intención.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

La mente del principiante


Hoy te invito a abandonar la postura del “ya lo sé”. Hacerlo te llevará a libertarte de muchas creencias limitadoras. Existe un término japonés “shoshin” que significa “Mente Principiante”, el objetivo es mantener siempre pura la mente de ese principiante.

Hoy te invito a que adoptes esta postura, la de mente principiante. Cambiar el “ya lo sé” por el “no lo sé”.

Cuando vives desde el “ya lo sé” te auto-impones un obstáculo de crecimiento. Vivir desde esta posición supone mantenerte aferrado a un pasado. Mantienes contigo algo que pudo funcionar en el pasado pero que hoy no tiene que hacerlo. Vivir en el “ya lo sé” es convertir el presente en pasado.

Identificar que no se sabe algo es apertura a una maravillosa oportunidad de aprenderlo.
- Abre la posibilidad que puedes estar equivocado en aquello que crees.
- Fomenta-te la capacidad de asombro.
- Identifica el trabajo como un juego en el que cada día descubres algo nuevo.
- Acepta lo que no conoces.
- Escucha y valora la opinión de otros.
Quién más te crispa, es con el que más aprendes.
Haz cada día alguna cosa de manera diferente a como normalmente lo haces.
Habla con esa persona que no conoces.

Si del tema que alguien te está hablando, tú piensas “yo ya lo sé”, cualquier cosa que diga que no siga los patrones por ti conocidos te llevará a identificar que está equivocado.

Te cierras la puerta a ampliar conocimientos o descubrir nuevas maneras de hacer las cosas, o realizar tu trabajo. Si ya sabes que no serás feliz en tu trabajo, efectivamente, nunca lo serás.

Mantenerte en el “ya lo sé” es una manera de quedarte en tu zona de confort. No responsabilices a nadie, de tu decisión de no avanzar. Y si lo haces, mejor dilo a ti mismo, sin alzar la voz.

Identificar, reconocer que no sabes algo, te transmite tranquilidad. No saber, te abre la oportunidad de aprender. Si a ese “no lo sé” le acompañas un “… y quiero aprender”, te permitirás crecer, avanzar. Vivir con la mente del principiante es mantener siempre abierta la puerta de la zona de expansión.

Y ahora que ya tienes claro que “no lo sabes” ¿qué es lo que te impide alcanzar esos sueños que tienes en tu mente? Ya no sabes que no puedes. Nada te frena.

“A la mente del principiante se le presentan muchas posibilidades; a la del experto pocas” (Shunryu Suzuki)

lunes, 11 de noviembre de 2013

La estrategia mental para conseguir lo que quieras


La "Ley de atracción" y sus derivados, hablan de imaginar algo que deseas con fuerza, actuar como si lo hubieses conseguido y en breve "el Universo" hará todo para que lo obtengas.
En realidad lo que le da realidad a esta propuesta es anclar el pensamiento en un objetivo concreto, de manera que pones todos tus recursos en encontrar la manera de conseguirlo, aún cuando trabajas en pensamiento paralelo.

Lo dicho anteriormente no está mal, pero está incompleto, por eso mucha gente se frustra cuando practica de la "Ley de la atracción" ya que no le funcionó. 
La clave está en pensar más allá de lo que queremos conseguir y de cómo queremos hacerlo.

La mente humana es tremendamente compleja y muchas veces vienen a ella pensamientos limitantes "muy bonita la propuesta, pero creo que no lo voy a poder hacer", "no creo que llegue a conseguir esto en este tiempo", "estoy demasiado cansado para hacer esta tarea". Son algunos ejemplos de pensamientos limitantes que llegan todo el tiempo a nuestra mente y nos frustran.

En estos casos nos olvidamos de algo sumamente importante con lo que todos contamos, la imaginación y la creatividad. Utilizando estos dos recursos podemos alcanzar lo que queramos o al menos imaginar la manera, como un proyecto e ir desarrollándola. Esa es probablemente la mejor parte. Lo importante no es el objetivo sino el camino que recorramos hacia él y cómo lo recorramos, para que podamos aprender cosas nuevas sobre nosotros y nuestros recursos.

El recorrido es la clave porque si el objetivo no se da hoy, al menos lo intentamos y aprendimos mucho para seguir intentándolo.

Esta es una primera parte, la segunda (se pueden invertir si se quiere), es como dice el sabio de la película "El Guerrero Pacífico" "sacar la basura", a eso se refiere cuando llegan a la mente esos pensamientos limitantes y miedos, a veces infundados, que nos paralizan a llegar a eso que deseamos. Si los reconocemos y enfrentamos, crecemos y los temores se irán empequeñeciendo hasta dejarnos libres para actuar.

La última clave es, vivir todo el tiempo mirando el presente, estando en el "aquí y ahora" eso nos va a ayudar a disfrutar de este tramo del recorrido y a quitarnos temores sobre lo que podría suceder en el siguiente tramo.

Esta es la estrategia que propongo. Cada uno sabrá adaptarla a sí mismo, a sus recursos y objetivos, lo importante básicamente es eliminar esos pensamientos que limitan nuestras capacidades.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Simplemente GRACIAS



"¿Cómo se dice?" Es una da las frases que probablemente a todos nos han repetido más de una vez en nuestra infancia. Y nosotros teníamos que responder: "¡Gracias!" Al principio no comprendíamos demasiado su significado y lo decíamos simplemente para contestar a nuestros padres. Su emisión tenía el reconocimiento y la aprobación de alguien a quién queríamos agradar, con independencia del gesto que agradeciéramos.

El valor de una palabra

Poco a poco hemos hecho de su uso un automatismo que utilizamos en nuestra vida cotidiana, perdiendo así una buena parte del sentido que realmente tiene. Así, es bueno que nos detengamos un momento para ver en realidad qué significa y el gran poder que posee una palabra tan simple y maravillosa.

Cuando a una persona le dices gracias le estás diciendo que la reconoces y que valoras que te haya dado su tiempo. Le expresas, sólo con cinco letras, que lo ha hecho bien y que tienes una deuda con ella. Reconoces su esfuerzo y le muestras que se ha ganado un poco más tu confianza. Le enseñas que te has sentido apreciado y que se ha ganado tu afecto.

Al mismo tiempo que a alguien le dices gracias, le estás contando que te alegras de que haya pasado por tu vida, aunque sólo haya sido un momento. Simplemente, estás diciendo algo que no tiene precio, pero que al mismo tiempo tiene un valor infinito.

Un mundo lleno de "Gracias"

Estás haciendo un regalo, y como con todo regalo lo mejor para que luzca y resalte es que esté envuelto en un papel bonito. Así, un "gracias" se vuelve mucho más hermoso si va acompañado de una sonrisa, de un momento de pausa y de una mirada acogedora. Si lo haces, será mucho más fácil que la persona que lo recibe sienta y entienda lo que significa.

Un mundo lleno de gracias, es un mundo lleno de favores y de contacto humano. Es un mundo que todos deseamos para las personas que queremos. Es por eso, por lo que en el fondo, nos empeñamos en enseñarles a los niños que deben decirlo. Y lo que hay en el fondo, es probablemente lo más importante.



miércoles, 6 de noviembre de 2013

La mejor farmacia la llevas contigo



Los complejos vitamínicos son preparados cuyo objetivo es ayudar a nuestro cuerpo a cubrir sus necesidades en períodos en los que prevemos que nuestra alimentación no va a ser suficiente. Puede ser por un aumento de ejercicio, en períodos de más trabajo, porque el estrés y las preocupaciones afecten a nuestro apetito, porque nos sintamos débiles, en épocas de exámenes o porque por algún motivo nuestra alimentación no vaya a ser la más adecuada.

Las vitaminas hacen una estupenda función cuando las necesitamos. Con esto estoy cuidando mi cuerpo. También cuido mi alimentación y hago algo de ejercicio. 
Pero además de cuerpo, somos mente y espíritu. Y es tan importante cuidarlos como al cuerpo.

¿Haces algo para cuidar tu mente y tu espíritu? 

Hay muchas formas de hacerlo, cada uno tiene la suya. Puede ser escuchando música, leyendo, pintando, saliendo con los amigos, viendo una película, visitando a la familia, disfrutando de la naturaleza, dedicándole tiempo a lo que más te gusta hacer o simplemente relajándote. Todas estas actividades, y muchas más, te ayudan a estar mentalmente bien, aunque sea por un rato.

Yo practico meditación, esto hace que mi bienestar mental, no sólo sea en los momentos de actividades placenteras, sino en mi vida en general. 

¿Qué te parecería si hubiera complejos vitamínicos para la mente y el espíritu?
Sería genial poder tomar una pastillita diaria o cada vez que necesitáramos sentirnos bien, ¿verdad?
Pues te diré que llevas la farmacia contigo. 
Igual que los alimentos te proporcionan las vitaminas para que tu cuerpo funcione adecuadamente, tu mente te puede proporcionar las vitaminas para la mente y el espíritu.

Estas son un poco más difíciles de “tragar”, no por su tamaño sino por su incomodidad. Conseguirlas, tomarlas y aprovechar su efecto requiere un esfuerzo, y ya sabemos que los humanos somos un pelín comodones por naturaleza.
Merece la pena disponer de ellas porque tienen muchas ventajas: no necesitan receta, son gratis, las llevas puestas, puedes hacer uso de ellas cada vez que quieras, no son tóxicas y los efectos secundarios son espectacularmente beneficiosos Además los resultados aumentan con su “consumo”.

Te recomiendo algunas de ellas:

Vitamina A de ACTITUD, favorece la adaptación de tu vida a los cambios de clima. ¡Y cuántos cambios estamos “sufriendo” últimamente! No puedes luchar contra ellos, pero sí puedes tomártelos lo mejor posible. Ésta es, para mí, la vitamina estrella. Doble dosis diaria.
Vitamina B de BÚSQUEDA, ayuda a superar períodos de desmotivación y desgana. A veces todo nos parece igual, no hay nada nuevo y sentimos que vamos en picado. Busca nuevos paisajes, eleva tu mirada y observa qué hay más allá. Quizá descubras algo nuevo.
Vitamina C de COMPROMISO, te aporta la energía necesaria para rendir en tu día a día. ¡La satisfacción del deber cumplido!, qué bien sienta esa sensación. Ayuda a seguir, a crecer y a creer en ti.
Vitamina D de DECISIÓN: contribuye a mejorar notablemente tu libertad y tu independencia. Decide, haz, ve, empieza y si te equivocas ya sabes por dónde no debes ir. Decide de nuevo, los errores son la sabiduría de los expertos.
Vitamina E de ENTUSIASMO. Contribuye al correcto funcionamiento de tu “sistema creativo”. Cuidado con esta vitamina porque sus efectos son contagiosos, puede producir efectos en ti y en tu entorno que tu corazón no esté preparado para resistir. Tómala nada más levantarte, a medio día y por la noche… Si no puedes dormir, suprime la de la noche.

"Tus diamantes no se hallan en montañas lejanas o en mares recónditos; están en el jardín de tu propia casa; sólo tienes que desenterrarlos". Russell H. Conwell
(Fuente: www.exitoalos40.com)

lunes, 4 de noviembre de 2013

Delegar tareas disminuye el estres


Se nos incita a ganar, a ser los mejores, a cumplir con muchas responsabilidades, etc. 
Algunas personas toman estas sugerencias como obligaciones y las interiorizan, esclavizando su vida sin darse cuenta y haciendo de su existencia una carrera detrás del reloj. Cuando la persona se ve sometida a un gran estrés, suele ayudar el ser capaz de delegar tareas o responsabilidades.

Sin embargo, hay personas que tienen la posibilidad de compartir una tarea, pero no son capaces de hacerlo. Por lo general, para estas personas es muy importante lo que se considera socialmente correcto. Suelen decirse con firmeza que "deberían" hacer ésto, o que "tienen que" ocuparse de aquello. Hasta las situaciones de esparcimiento se transforman en una obligación. No es de extrañarse que este querer abarcarlo todo, sea un factor que aumente el estrés. ¿Pero cómo se manifiesta en la práctica? ¿Cuáles son los puntos más importantes a modificar?

Quienes presentan dificultad para delegar y confiar en las capacidades ajenas para resolver problemas, suelen también sobreproteger a los miembros de su familia. De ahí que realicen muchas tareas que no tendrían por qué asumir, y que rara vez pidan ayuda a menos que sea absolutamente necesario.

Estos sujetos tienden a controlar, y desean estar al tanto de cada asunto. Son especialistas en encontrar excusas, aparentemente razonables, para no delegar.

Sin embargo, y a pesar de recompensarse internamente por actuar así, este encargarse de todo les resulta agotador y estresante. Es una barrera para disfrutar de las cosas, hasta de los placeres simples y cotidianos. Su dificultad para focalizarse en aspectos positivos, se hace muy visible en las situaciones sociales, donde emergen sus críticas respecto a todo lo que no funciona bien.

Desempeñar distintos roles en diferentes contextos, no es nada extraño. Debemos crecer profesionalmente, atender a los padres, a los hijos, a la pareja, a los amigos, sin dejar de ser alegres y creativos. Pero con paciencia y dedicación, podemos manejar mejor el estrés e ir transformando esa gran exigencia interna.

Algunos puntos generales e importantes para el cambio:

* Recordar que la propia autoestima, no depende de percibirnos o que nos perciban como seres perfectos.

* Podemos detenernos a analizar las razones que nos damos para encargarnos de tareas ajenas, cuestionar si realmente son así, mejor aún si invitamos a otros a pensar con nosotros. ¿Nos están dominando los temores sin que apelemos demasiado a evidencias?

* Confiar en la voluntad y capacidades de los demás.

* Fijarse en las áreas en las que mejor se desempeñan quienes nos rodean. Todos tenemos nuestros puntos fuertes, el reconocerlos fortalece los vínculos.

* Delegar de acuerdo a las posibilidades y edad de cada quien. Siempre es posible contribuir en algo.

* Trabajar en equipo en distintas áreas, significa coordinación e interacción, no cargar con partes ajenas.

* Estimular la buena comunicación grupal, de forma que todos se sientan cómodos al expresarse.

* Definir bien cada tarea, así como las razones para realizarla.

* Colaborar con la circulación de la ayuda y la orientación.

Delegar no es olvidar

Es importante comprender, que delegar no significa desentenderse de algo, sino dar lugar a los demás así como ellos nos dan lugar a nosotros, a fin de que todos podamos aprender de la experiencia. Incluso nos permite pensar de forma más estratégica, mientras perdemos estrés. El intentar controlarlo todo, no es garantía de eficacia. Aceptar que aún esforzándonos por dar lo mejor, la vida implica asumir diferentes posibilidades, beneficia nuestra capacidad de adaptación y nos acerca a la respuesta de nuestra pregunta inicial, ¿por qué delegar tareas disminuye el estrés?